El principal lastre que ha tenido la Fuerza del Pueblo es que de pronto, tiene que buscar justificaciones para vender lo que ya había vendido, a muchos no les dio resultados y estaban acabados de perder en elecciones.
La fuerza de Leonel no fue suficiente para que fuera el «elegido» en el 2020 y luego, no se pudo recuperar pues el pueblo dominicano fue enamorado varias veces y, cuando eso pasa, volver a «discursear» lloviendo sobre mojado es demasiado cuesta arriba.
La gran pregunta es, viendo los avances indiscutibles que ha tenido el partido, apartando el «cuento» de los 2 millones de afiliados, que habría pasado si en vez de Leonel (y tampoco su hijo), se podría haber tomado una figura potable e impulsarla, incluso, dos o tres, de cara a estas elecciones.
Leonel es «digerido» por los Leonelistas pero fuera de ese espacio y tal vez un poco del segmento aun morado, es «difícil de tragar», sobre todo porque la vulnerabilidad de tremendos casos de corrupción e impunidad de sus gobiernos y los resultados de que hoy tengamos que solucionar lo mismo que él pudo haber hecho durante 3 periodos, no es fácil.
Los Leonelitas rara vez admiten críticas, como los perremeistas se creen el cuento de que tienen 70% y «que subieron solos», pero la realidad es que el ex-presidente, no representa esperanzas para el «publico joven» y para la mayoría de la población sus discursos ya están desfasados.
¿Por qué Leonel otra vez?
Si bien es cierto que el gobierno de Luis Abinader parecía un elefante en una cristalería y cometió errores imperdonables como «matar» planes sociales que funcionaban bien y se debió continuar incluso, sin cambios, logró contener la caída, aprendió manejo de escenarios hasta incluso arriesgarse a La Semanal que, aun rodeado de llamados bocinas, siempre puede ocurrir un imprevisto.
Al final, los resultados de las elecciones se verán pronto, pero ver a Leonel escondiendo debajo de la alfombra tanto desatino y solo enarbolando aciertos, en un contexto donde todos tienen acceso a la información buena y mala, es pretender que las masas siguen siendo igual de tontas y manipulables como cuando solo existía la prensa hegemónica.
No se sabrá nunca, no fuera de la propia «cabeza de Leonel, solo él sabe y sabrá, ¿por qué pactó con el partido que debió apostar a aplastar: el PLD? y por qué necesariamente se puso él a la cabeza de una boleta que nunca, debió encabezar, pues el liderazgo es de quien crea seguidores listos para heredar proyectos, no de quien al final no es capaz de endosar los podiums o los tronos.